Ruta del Valle Invisible, por Verónica Suárez

Ruta del Valle Invisible, por Verónica Suárez

Desde el pasado mes de abril, el concejo de Llanes cuenta con una nueva ruta de senderismo, “la ruta del valle invisible”, cuya iniciativa parte de la Asociación vecinal El Perru de San Roque en colaboración con el ayuntamiento llanisco.

INFORMACIÓN GENERAL DE LA RUTA

  • Distancia: 13 kms
  • Tiempo: 5 horas
  • Dificultad: media
  • Recorrido: circular
  • Nota: se recomienda ir provisto de botas resistentes al agua ya que el recorrido atraviesa varias zonas húmedas.

UBICACIÓN

Esta ruta se encuentra en pleno valle de Mijares, en  la localidad de San Pedro del Acebal, dónde los propios vecinos han diseñado un itinerario por la parroquia cuanto menos sorprendente ya que en apenas 13 kms de recorrido circular vamos a encontrar esculturas, cuevas, fuentes y hasta una xana descansando.

RECORRIDO:

Llegamos a San Roque del Acebal por la N-634, junto a la gasolinera del pueblo encontraremos un pequeño aparcamiento donde veremos el panel explicativo de inicio de ruta. Cabe aclarar que al no tratarse de una ruta homologada por el Principado no cuenta con las indicaciones tradicionales de PR-AS, sino que a lo largo del camino veremos unas flechas azules con las iniciales VI unas veces en los troncos de los árboles y otras con indicadores de madera. No obstante, el recorrido está muy bien señalizado con el topónimo correspondiente a cada paso.

Tras dejar el panel inicial veremos a nuestra derecha la primera indicación pintada en un muro que nos guiará hacia el barrio de Los Cuetos, y que tras cruzar al otro margen de la N-634 nos adentrará en el barrio de La Concha.

Caminaremos unos metros entre una agradable arboleda hasta encontrarnos con la LLN-2, muy próxima al pueblo de Andrín. En este punto tenemos que fijarnos bien en una muria derruida en medio de una finca, se trata de los restos de la malatería de San Lázaro, que fue hospital de leprosos y de peregrinos ya que por esta zona también pasa el Camino del Norte hacia Santiago.

Al cruzar al otro lado de la carretera nos encontraremos con el mirador del Cuera, que cuenta con un excelente panel  donde nos especifican con detalle cada cumbre que tenemos ante nosotros.

Continuamos camino entre fincas y huertas hasta adentrarnos en el barrio de Cañamal, aquí veremos una señalización que nos invita a desviarnos para conocer la Fuente del Casar que se encuentra a apenas 30 metros del camino, donde encontraremos la escultura de madera de una loba con sus pequeños lobeznos, la primera escultura de muchas que veremos a lo largo de la senda, unas de madera y otras en piedra, hechas respectivamente por dos importantes artistas locales, Toño Rios y Toño Llorente.

Al volver sobre nuestros pasos veremos en el muro un pequeño extracto de la obra de Miguel Ángel Galguera, escritor y poeta autóctono del barrio de Cañamal.

Dejamos este barrio atrás y nos adentramos en un camino serpenteante y húmedo envuelto entre árboles que nos llevará al barrio de la Somada, donde el paisaje se vuelve karstico con ruinas de molinos incluidas a nuestro paso. Es en esta zona donde se encuentra la cueva collubina, usada como refugio durante la guerra civil. Un pequeño sendero estrecho nos permite bajar hasta la entrada de la cueva donde si contamos con linternas o frontales podremos adentrarnos unos metros.

Dejando la cueva atrás y continuando nuestro camino veremos una preciosa talla de madera representando una familia de zorros o raposos que vigilan nuestros pasos. Unos metros más adelante nos adentramos en el barrio de El Cuetu, donde nuestro sendero también entronca con el camino de Santiago.

Tras dejar las casas atrás volveremos a salir a la N-634 por la que caminaremos unos metros por su arcén en dirección Santander hasta encontrarnos con el cartel de la Caleya de las Ánimas o Caleya del Infiernu donde veremos un pequeño humilladero para el culto a las ánimas. En el frontal del pilar reza la siguiente inscripción:

“SI BUENAVENTURA ESPERA EN EL BIAJE A DONDE BA A LAS ÁNIMAS LIMOSNA DARA”

Continuamos camino y tras pasar un túnel bajo la carretera podemos seguir el camino original o desviarnos para buscar la “cueva de cierres”, que aunque se aleja tan sólo 300 metros de la senda ésta no se encuentra señalizada por lo que si nos aventuramos a buscarla nos encontraremos una cueva con una entrada más amplia que la anterior y dos salas internas por donde se puede oir discurrir el río.

Continuamos por el sendero y nuevamente un indicador nos invita a cruzar la N-634 para adentrarnos en el Camin a Santacina, un bonito bosque de robles donde enseguida veremos las vias de Feve y cambiaremos el paisaje por un monte de eucaliptos que debemos subir, se trata del tramo que mayor esfuerzo nos va suponer ya que la subida es bastante pronunciada pero la recompensa serán las impresionantes vistas del valle y de la finca de las Coradiellas, a nuestros pies.

Al descender estaremos de nuevo en una zona bañada por arroyos y restos de molinos de agua. A nuestro paso una bonita talla de lobos nos sorprenderá y un poco más adelante mientras la senda transcurre paralela a la via del tren veremos la fuente Rugarcía, cuyo agua fluye de una manera llamativa formando una especie de pequeños remolinos hacia el exterior.

Llegaremos al barrio de El Cantón donde nos recibirá la figura del campesino y su bonito lavadero restaurado, lugar perfecto para realizar una parada y coger fuerzas.

Continuamos nuestros pasos por la zona de “ la cuerre Santiago “,aquí el sendero se cruza con cauces de arroyos de arena hasta entrar en La Riega del Toyu, lugar de descanso de una Xana que contempla plácidamente la cascada de L’Escañiellu y que marca el último punto destacado de la ruta. Desde aquí el camino de vuelta fluye tranquilo entre praderias y en escasos 20 minutos estaremos de nuevo en el punto de inicio.